jueves, 14 de febrero de 2008

AMALGAMA DE TIERRA Y EL HOMBRE: EL GAUCHO


El Gaucho comenzó destacándose en las vaquerías, modo primitivo de aprovechamiento del ganado vacuno que, junto con el caballar, se multiplicó prodigiosamente desde la época en la cual unos pocos animales de ambas especies fueron traídos a estas latitudes. Para esa forma de cacería, consistente en desjarretear al animal con una filosa medialuna en la punta de una pica, el Gaucho necesitó del caballo e impuso un tipo de equitación muy singular. Entre 1550 y 1750 las vaquerías hicieron del descendiente del poblador venido de ultramar un experto domador y un jinete que obtenía los recursos para sustentar su vida "changango" por cuenta de los acopiadores de cuero y sebo, fuente, casi única, de nuestra riqueza de entonces.
El Gaucho nació y se hizo "de a caballo" como autodidacta.
La lucha más prolongada que tuvo el Gaucho fué en el Desierto. Las tribus indígenas enfrentaron en guerra al colonizador con ferocidad sin treguas. El Gaucho tuvo que plantearla con la contundencia a que lo obligó la dura resistencia de las indiadas, que defendieron peleando palmo a palmo la posesión de la tierra en que se asentaban; así no tuvieran conciencia de límites, de propiedad, ni de nacionalidad.
Del primitivo poblador de estas tierras, además, el Gaucho recibió la herencia de saber soportar la soledad y las inclemencias del tiempo, procurarse el alimento, aguantar adversidad y luchar hasta el último aliento. También debemos afirmar que el carácter trashumante le dio al Gaucho un sentido irrenunciable de la Libertad.
El descendiente de españoles, como nacionalidad dominante, se constituye en el principio nativo del arquetipo argentino. Las inmigraciones que poblaron nuestro país con creciente intensidad dieron matices a ciertos tipismos regionales, pero no rozaron el sólido fundamento tradicional. El temple Gaucho argentinizó al inmigrante.Su sentido hospitalario hizo que el desembarcado que optaba por el interior del país encontrara allí un modelo de vida, sintiendo como propio ese suelo que se le ofrecía. Casi todas las etnias del mundo dieron su sangre para que el Gaucho de nuestros días, en un entrecruzamiento prolífico, produjera la fisonomía
tan singular que lo distingue.
El Gaucho tiene sólidos principios. Confía en la palabra dada y es fiel a la amistad. Nunca es desertor de su condición. Es austero. Tiene concepto definido entre superior y subordinado. Cultiva sin alardes el patriotismo. Es ajeno al sectarismo político. Participa de las creaciones de la estética en sus artesanías, que aplica a su platería, en los tejidos, en los trenzados en cueros y trabajos en "aspa" y hueso. Maneja el idioma con propiedad y estilo en su lenguaje habitual, en sus relatos y en sus cuentos de fogón
. Es poeta y músico; autor, intérprete y bailarín. Respeta a la mujer; es sobrio y firme en el amor. Pero, por sobre todo, tiene y practica un código de honor y una conducta de vida a la que no concibe sin Libertad. Y tiene algo que es propio de los seres de excepción: un estilo para moverse que implica estética, educación y respeto. Siente el orgullo de ser quien es.



Texto: Por el Comodoro Juan José (R) Güiraldez

Foto:www.flikrs.com

2 comentarios:

nieve dijo...

Me ha encantado este post!!!!. Un besote

Graciela dijo...

Es "pintar" de alguna manera la estampa del hombre que pertenece al interior del país, el que conserva nuestras tradiciones y el que mejor nos representa, como también tantos otros que a través de distintos campos de acción, (medicina, arte, danza , etc,etc) demuestran que hay valores imperecederos que a veces no ocupan lugar en la prensa del mundo porque su labor es silenciosa y tienen un bajo perfil. Un beso y gracias por visitarme!!