Un aguador de la India tenía sólo dos grandes vasijas que colgaba en los extremos de un palo y que llevaba sobre los hombros. Una tenía varias grietas por las que se escapaba el agua, de modo que al final de camino sólo conservaba la mitad, mientras que la otra era perfecta y mantenía intacto su contenido. Esto sucedía diariamente. La vasija sin grietas estaba muy orgullosa de sus logros pues se sabía idónea para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su propia imperfección y de no poder cumplir correctamente su cometido. Así que al cabo de dos años le dijo al aguador:
-Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir por tu trabajo.
El aguador le contestó:
-Cuando regresemos a casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.
Así lo hizo la tinaja y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo de la vereda; pero siguió sintiéndose apenada porque al final sólo guardaba dentro de sí la mitad del agua del principio.
El aguador le dijo entonces:
-¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Quise sacar el lado positivo de tus grietas y sembré semillas de flores. Todos los días las has regado y durante dos años yo he podido recogerlas. Si no fueras exactamente como eres, con tu capacidad y tus limitaciones, no hubiera sido posible crear esa belleza.
Todos somos vasijas agrietadas por alguna parte, pero siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.
Aún sabiendo que somos sensibles y buenas personas..muchas veces nos avergonzamos..nos apenamos y nos duelen nuestras propias falencias o grietas y nos torturamos por nuestro pasado, por nuestro presente...por lo que somos o lo que quisimos o no pudimos ser...debemos aceptarlas y utilizarlas en favor de nuestra vida cotidiana..
Aceptarnos tal cual somos es parte del aprendizaje en este camino que llamamos VIDA..
Comentario: Graciela
Foto: Graciela
4 comentarios:
Estupendo el cuento ,son buenas maneras de que comprendamos que todos somos únicos e insustituibles.
Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si la naturaleza nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No s.podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido. Nunca permitamos que las cosas que no podemos tener, o que no tenemos, o que no debamos tener, interrumpan nuestro gozo de las cosas que tenemos y podemos tener. Nunca pensemos ni nos enfoquemos en lo que no tenemos, disfrutemos cada instante de cada día por lo que tenemos y nos ha sido dado, que como bien dices en el cuento que nos regalas, es ni más ni menos que la vida.
Me encanta tu blog, lo que transmites con tus entradas.
Un fuerte abrazo
Hermoso cuento, su moraleja debemos llevarla siempre presente.
Aunque menos mal que en nuestro andar por la vida siempre encontramos uno que otro aguador (como tú)dispuesto a recordárnosla cada vez que pretendemos olvidarla. Besos!
Gracias, cada una de ustedes hace un aporte maravilloso a mis días desde sus asiduas y cariñosas visitas!! deslizando siempre algo bonito para el espíritu, gracias..un abrazo a todas!Hasta pronto.
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