Mostrando entradas con la etiqueta Leyendas y Tradiciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Leyendas y Tradiciones. Mostrar todas las entradas

miércoles, 23 de septiembre de 2009

"No me olvides" (leyenda escandinava)





Leyenda de "no me olvides":
El "no me olvides" o miosota, es una pequeña flor azul,
con un poco de color rojo.
Nació así: Cuando Dios creó el mundo, diò nombre y color a todas las flores, no obstante una pequeña florecilla le suplicaba: ¡No me olvides!, ¡No me olvides!, pero como su voz era tan fina, Dios no alcanzaba a oírla, una vez que el creador finalizó toda su obra, pudo percatarse de esa pequeña voz, más ya todos los nombres estaban dados, así que Dios le dijo:-
"No tengo nombre para ti, pero te llamaras "no me olvides".
Y por colores te daré el azul del cielo y el rojo de la sangre"-.
Además le dijo que serviría para acompañar a los muertos
y para consolar a los vivos.



Comentario:Mas allà de la curiosidad de esta leyenda que encontrè por allì (ya ni recuerdo donde), esta pequeña florecilla bella y sencilla,no ha pasado desapercibida en muchos de nosotros, quièn no la ha guardado alguna vez entre las hojas de un libro?
Yo aùn recuerdo en mis èpocas de bulliciosa secundaria, donde el sublimado romanticismo que acompañaba dicha etapa nos hacìa recogerlas para atesorarlas entre pàginas y pasàrnoslas entre las muchachas
en forma de ramitos atados con cintas de raso!
bueno, lo del romanticismo aùn no me abandona eh!!(pese a los añitos)puès a veces me encuentro con algùn ramito perdido entre
mis viejecitos y queridos libros
y esbozo una sonrisa, sumergiendo mis pensamientos
en ese arca maravillosa de los recuerdos imborrabes que me acompañan siempre...



www.fotonatura.org/galerias/fotos/213367/

Comentario:Graciela.

jueves, 23 de julio de 2009

Argentina:El Blog de Fabiàn y la cultura Mapuche.

Para quienes gustan de la historia Argentina,
sus pueblos y culturas
visitar:

domingo, 27 de abril de 2008

Bragado!! La ciudad donde vivo.. parte 1:Leyenda

Estación de ferrocarril de mi ciudad, donde trabajaba orgullosamente mi padre: José Lorenzo , a él le debo lo que soy y mi amor a los trenes.
Potro de pelaje "Bragado" que está en el escudo de nuestra ciudad.

Bragado es la ciudad cabecera del Partido de Bragado, Provincia de Buenos Aires , Argentina.
El Municipio de Bragado está ubicado en el centro noroeste de la Provincia de Buenos Aires en el corazón de la pampa fértil Argentina, a 210 km de la ciudad de Buenos Aires


Leyenda que dió origen a su nombre:
En la ambigua frontera entre la realidad y la ficción, nació la "Leyenda del Potro Bragado" que dio nombre a la ciudad. Su origen se remonta al siglo XVIII. Por aquel entonces, junto a la gran laguna, iba a beber a sus aguas un potro salvaje, increíblemente bello y desafiante, con sus crines al viento y su vistoso pelaje. Tenía una braga de color blanco en el vientre.
Los soldados que se atrevían a explorar el "desierto" deseaban poseerlo y también el [[pueblo originario]] que tenía su asentamiento en el lugar. Se cuenta que fueron muchos los intentos, pero el caballo era bravo y defendía valientemente su libertad. Un día un grupo de soldados lo acorraló junto al margen de la laguna, en una barranca, y, cuando ya estaban seguros de hacerlo prisionero, el potro se arrojó desde lo alto prefiriendo morir antes que verse cautivo.
Su actitud libertaria sorprendió tanto a todos que, desde entonces, la historia rodó por el tiempo bautizando a la ciudad.
El caballo Bragado fue un potro con destino de abismo pero con sueños de libertad y está eternizado en el escudo que identifica al Municipio.

miércoles, 2 de abril de 2008

"Un pintor y dibujante costumbrista":Florencio Molina Campos

"La ronda"

"El tata viejo"


"la hoguera de san Juan"
"Despuntando el vicio"


La doma

Florencio Molina Campos (Ciudad de Buenos Aires 21 de Agosto de 1891/ 16 de Noviembre de 1959)
Fue un dibujante y pintor conocido por sus típicos dibujos costumbristas de la pampa Argentina.
Decir Florencio Molina Campos es pensar en almanaques. Este pintor argentino retrató en sus obras las costumbres del hombre de campo, con un toque caricaturesco no exento de ternura y realismo, y el éxito que alcanzó hizo que nuestra cultura se difundiera por todos los rincones del planeta.
Su primera exposición fue en 1926, en la Sociedad Rural de Palermo, siendo éste el comienzo de una larga serie de exposiciones que lo llevarían a París, Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y Washington.
En 1930 es contratado por la Sociedad Anónima Argentina de Alpargatas para la confección de 12 pinturas originales, que serán utilizadas en el almanaque que la empresa editará el año próximo. Su obra se extiende así por cada rincón del país: La gente se ve reflejada en su cotidianeidad y hace suyos esos gauchos de ojos saltones montados en caballos de enormes vasos y dientes. Los almanaques de Alpargatas se editaron con gran suceso de 1931 a 1936 y de 1940 hasta 1945.
Además de los famosos almanaques de Alpargatas, Molina Campos realizó otros menos conocidos para Minneapols Molinne, una de las firmas productoras de máquinas agrícolas más importantes de los Estados Unidos. El primero de estos calendarios fue publicado en 1944, al que le siguió una serie que culminó con el de 1958.
Pero la extensa obra de Molina Campos no se agota simplemente en almanaques. Entre su obra se cuentan la ilustración de “Fausto”, de 1942, año en el que también es contratado por Walt Disney como asesor técnico para los films de dibujos animados “Goofy se hace gaucho”, “El gaucho volador”, “El gaucho reidor” y “Saludos Amigos”. También realizó carteles publicitarios para Mobiloil, tarjetas postales, naipes…
Los calendarios de bolsillo modernos, que reproducen aquellos originales tan arraigados en la memoria colectiva argentina, se editan desde principios de los ‘90 y cada año son más los comercios que los utilizan como medio de promoción, ya que difícilmente alguien se atreva a deshacerse de ellos. Las casas de artículos regionales, destinadas a los turistas, son uno de los principales consumidores de estos calendarios, con lo que la obra de Molina Campos, aún hoy, se difunde por todo el mundo gracias a los almanaques de bolsillo que reproducen sus cuadros.


fuente: molinacampos.hmtl

martes, 11 de marzo de 2008

El gaucho Argentino y un instrumento: Las boleadoras


La palabra gaucho tiene su origen en el quichua y mapuche "huacho", que significa huérfano. Su origen es el resultado de la mezcla de dos civilizaciones: la europea y la de los nativos de lo que hoy en día es Argentina.
Posiblemente los primeros gauchos fueron personas que rompieron sus ataduras con el pasado y se marcharon a la soledad de la gran Pampa donde había agua y pastos tiernos para el ganado. Aunque la teoria más fuerte es de origen indígena.
Los gauchos desarrollaron una increible habilidad para para dominar el caballo ( los cuales atrapaban del ganado cimarron-salvaje- que habitaba la llanura pampeana), como asi también para usar las "boleadoras" (tres piedras ligadas por una cuerda que, al lanzarse, se enredan en las patas de las reses), el cuchillo, el lazo y las técnicas adecuadas para la salazón de la mejor carne del mundo.


Las Boleadoras
Hay un instrumento importante que el gaucho siempre usa cuando trabaja con los animales. El nombre es las boleadoras, y son lazos de cuero con bolas de piedra en los fines. Hay tres tipos de boleadoras.
El primer es las boleadoras con solamente una bola. El nombre para esto es "bola loca" o "bola perdida." utilizada para la captura de pequeños animales.
El segúndo tipo tiene dos bolas. Estos son "ñanduceras" o "avestruceras," y les usan para capturar avestruces.
El tercer tipo, y lo más popular, es la boleadora con tres bolas que se llama "Tres Marías."
Las Tres Marías se están usando para trabajo con ganado y caballos.Cuando el gaucho tira las boleadoras y al pegar en un animal, las bolas se retuercen alrededor de las patas y el animal cae.
Consta de dos o tres bolas, piedras muy duras pulidas en forma casi esférica o muy raramente erizadas. El diámetro de cada una de las bolas suele ser de unos 10 cm en las boleadoras de combate o de caza mayor. Tales piedras se encuentran unidas por tientos o guascas, tiras de cuero.
Los aborígenes usaban como materia prima para los tientos el cuero de guanaco y el cuero del cogote (cuello) y el tendón de la pata del ñandú. Con el paso del tiempo y la introducción de la ganadería, los tientos fueron reemplazados por reatas de tres cabos de cuero trenzado, generalmente de vacuno.

Historia


Se han encontrado boleadoras en yacimientos arqueológicos de más de cinco mil años antes del presente en la Región Pampeana. Los europeos notaron la existencia de esta arma en los inicios de la Conquista, cuando la vieron en manos de los aborígenes het, charrúas y patagones en 1520.
Inicialmente los aborígenes usaban una sola piedra pulida y circundada por una acanaladura merced a la cual se ataba a un solo tiento o cuerda bastante largo, con esto golpeaban a distancia sin perder la piedra. Este arma funcionaba de forma semejante a un yoyo y fue llamada por los españoles y criollos bola perdida.

Los aborígenes pronto descubrieron que tal bola perdida era útil también para capturar vivas a las presas envolviéndolas, esto llevó a la confección de las boleadoras propiamente dichas. Cuando faltaban piedras se improvisaban boleadoras con bodoques de terracota o incluso con hueso, en la región patagónica se usaba el nudo esférico que el hongo llao llao provoca en las ramas del ñiré.
Tras la conquista española la boleadora fue adoptada por los gauchos, quienes las realizaron más elaboradamente: las piedras fueron envueltas en bolsas de cuero crudo llamadas retobos, y muchas veces tanto las bolas como las reatas recibieron adornos en forma de incrustaciones de plata o bronce. También las piedras fueron substituidas por esferas macizas de metal -por ejemplo de plomo- recubiertas de cuero o, en algunas más lujosas, enchapadas en plata o bronce.

Usos
La forma de uso más común se llama "rebolearlas", y consiste en hacer girar velozmente las piedras mediante los tientos por sobre la cabeza y arrojarla con gran precisión al blanco, ya sea otro ser humano o algún animal. De acuerdo a la manera de arrojarla puede o no ser letal. Si es arrojada con el objetivo de capturar una presa, la boleadora se lanza dirigida a las piernas o patas, para que los tientos se enreden alrededor de ellas; el sujeto o el animal entonces queda "boleado". Para cazar "avestruces americanos" -es decir ñandúes- lo frecuente es que se arrojen las boleadoras al cuello de estas aves. En combates cuerpo a cuerpo era frecuente no soltar la boleadora sino usar una de las piedras a modo de maza, principalmente sobre la cabeza del oponente.

Otros Tipos ;
Existen raros ejemplares de más de cuatro bolas, llegando a haber algunos de ocho, pero son poco prácticos.Hasta inicios de s XX era frecuente que los gauchos mientras se encontraban en el campo llevaran una o dos boleadoras (generalmente del tipo "ñanducera") en la cintura y otra (generalmente "potrera") en bandolera.
Paralelamente, entre los inuit se desarrollaron armas parecidas aunque menos efectivas llamadas ka-lum-uk-toun o kilumitutit, similar es ente los maorís la poa o poi. Se encuentran armas similares entre los pueblos de Siberia oriental.

Arte.
Las boleadoras han pasado a ser un elemento coreográfico para bailes folclóricos gauchescos, especialmente para el Malambo en Argentina. En tales casos se agitan con gran destreza, haciendo diversas figuras, en torno a los cuerpos de los bailarines y en ocasiones se llegan a usar como instrumentos de percusión.



http://soygaucho.com

lunes, 25 de febrero de 2008

El seibo. Flor Nacional Argentina.


Árbol muy bello de hermosas flores rojas y carnosas, en racimos, que ha dado lugar a numerosas canciones y leyendas.
Es el árbol del hombre ribereño, a quien proporciona con su madera, casa, muebles y embarcación.
En cocimiento es sumamente cicatrizante y desinfectante, cierra las fístulas por antiguas que sean. Muy útil en hemorroides inflamadas o sangrantes.
Su cogollo es fortificante y alimenticio, muy apreciado por los pueblos originarios, sobre todo cuando debían pasar días sin comer o escondidos en el monte.
En 1942, mediante un decreto del Poder Ejecutivo, se declaró Flor Nacional Argentina a la flor del seibo, también llamada ceibo, seíbo o bucaré (su nombre botánico es erythrina crista-galli).


¿Por qué el seibo flor Nacional? Aunque no crece en toda la extensión de nuestro país (de hecho es poco probable que una misma especie pueda florecer en zonas con condiciones climáticas y ecológicas tan diversas), esta flor fue elegida por la mayoría de la población en una encuesta realizada por la Academia de la Historia, el Ministerio de Agricultura, la Facultad de Filosofía y Letras y el Museo de La Plata.
También se supo por la misma encuesta que algunos artistas regionales incluían en sus obras y poemas al árbol del seibo y su flor, enriqueciendo nuestra cultura autóctona y nuestro folklore.
Así fue que antes de su declaración como flor nacional, la flor del seibo ya era conocida en casi todos los países de Europa y América, y diversas instituciones oficiales habían establecido la plantación del seibo al pie del mástil con nuestra bandera, dándole así un carácter simbólico y tradicionalista, y confirmándola como exponente floral de la República Argentina.

El seibo es un árbol originario de América, especialmente de nuestro litoral, Uruguay (donde también es flor nacional), Brasil y Paraguay. Pertenece a la familia de las leguminosas y crece en zonas cercanas a ríos, lagos y zonas pantanosas. No es muy alto, su tronco es retorcido y sus raíces son sólidas para afirmarse bien al suelo, contrarrestando la erosión que provocan las aguas.
Sus flores son grandes y de un rojo carmín, y son muy utilizadas para teñir telas.

La flor del seibo ha sido evocada también en leyendas aborígenes, y la más popular de ellas es la que se refiere a su origen:


La indiecita que perdura en el seibo.


Cuenta la leyenda que existió en nuestra selva mesopotámica una pequeña india llamada Anahí, que disfrutaba de sus tierras conociendo cada hierba, cada pájaro del lugar; y cantándoles con su armoniosa voz. Amaba la vida y cantaba como nadie, tanto que paralizaba de placer con sus melodías a cada pájaro, a cada animal, a cada habitante que la escuchaba.
Un día, su alegría de vivir fue apagada a la fuerza: el hombre blanco invadió sus tierras y se apropió de la tribu a la que pertenecía; Anahí, defendiendo a su pueblo, fue apresada, juzgada y sentenciada a morir en la hoguera.
Asombrados en la oscuridad y ante las llamas enrojecidas, todos los que miraban la horrorosa escena comenzaron a escuchar la fuerte voz de Anahí, cantando sublimes melodías de amor a su tierra y estremeciendo hasta a la noche misma.
Al amanecer, los soldados no podían creer lo que veían: el árbol que había sostenido el cuerpo de Anahí estaba cubierto de flores hermosas, rojas como el fuego que había rodeado a la indiecita la noche anterior.
Así, según la leyenda, nacieron las flores de ceibo, que tiñen de rojo intenso nuestra Argentina .

Texto:http://www.educared.com/
Fotos:www.flickrs.com

miércoles, 13 de febrero de 2008

Argentina.Gente y costumbres

Cataratas del Iguazú, Misiones. Argentina
Glaciar Perito Moreno, Patagonia Argentina.

Estancia, establecimiento rural en la Patagonia Argentina.(www.lehigh.edu)


Aborigen perteneciente a la tribu Mapuche (Argentina)


Gaucho, hombre de campo argentino con su tropilla (foto E. Amorim)




Cuidad de Buenos Aires, Puerto Madero (Argentina) bailando tango!

Vista aérea de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina)

Vista aerea de la ciudad de Buenos Aires (Argentina)

ARGENTINA - GENTE Y COSTUMBRES

La población actual de la Argentina es de unos 35 millones de habitantes, de los cuales casi la mitad reside en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, estas cifras reflejan una densidad de 10, 1 por kilómetro cuadrado. El 95 por ciento de los argentinos son de raza blanca, el país con mayor porcentaje de población blanca entre las naciones hispanoamericanas, descendientes principalmente de italianos y españoles.

Con la llegada de la masiva inmigración europea, el mestizo (cruce entre blanco e indigena) se fue diluyendo poco a poco y hoy sólo supone el 4,5 por ciento de la población. El mestizaje con indígenas ha sido mínimo. La población indígena pura mapuches, collas, tobas, matacos y chiriguanos representan el 0,5 por ciento de los habitantes.

En la capital, el carácter festivo y acogedor de los bonaerenses integra al visitante desde el primer día, en un país en el que culturas y caracteres chocan frontalmente, consiguiendo, aún así, una perfecta integración y armonía.
Buenos Aires, foco de inmigración en los años 20, encierra en su seno el sentimiento y el alma más europeos.
De un lado, el talante conquistador, mujeriego y locuaz del italiano; de otro, la sofisticación y la elegancia del hombre francés, todo ello sazonado con el más puro apasionamiento español. Piensen si no en el tango, un auténtico caudal de elegancia, pasión y conquista. He aquí que en este baile, en sus pasos y en su mirar, se refleja todo un pueblo.

De la naturaleza ilimitada a la ciudad cosmopolita. De la admiración personal al prestigio motorizado que supone para el bonaerense un buen coche. Del ejercicio del lazo, al ejercicio técnico de una arquitectura e ingeniería ahora en boga.
Todo esto es Buenos Aires, todo esto es Argentina, una explosión de urbe y naturaleza en perfecta armonía.

La melancolía se iza como insignia inseparable, innata y consustancial al pueblo argentino, como elemento autóctono y diferenciador, como fuente de inspiración de románticas melodías y de los más tiernos cielitos. Los bonaerenses son gentes educadas, amantes de lo sentimental y del sentimiento, de la tranquilidad y del sosiego. Y, aunque apenas mantienen un firme hilo de unión con el resto de Iberoamérica, quizás sea este modo apaciguado y calmoso lo que más les asemeja a sus vecinos.
Los argentinos están dotados de una cierta psicología innata e inteligencia natural que tienen su más vivo reflejo en el jinete gaucho de la Pampa. Su individualismo, entendido como el más puro culto a la libertad y al mito del hombre sin dueño, le arrastra a una amistad sincera y a un total autodominio. La sobriedad de su saber estar y hacer, le confiere la fortaleza necesaria para encarar la dureza del llano y las inclemencias del tiempo. Los gauchos son hombres sinceros, lacónicos, discretos; y, por todo ello, profundamente admirados.

Las tradiciones argentinas son muy ricas y variadas. En cada una de las provincias se podrá admirar y aprender algo diferente, su folklore, su música, su artesanía, y sus leyendas, cultos y costumbres le harán pensar que ha visitado muchos países distintos en lugar de uno sólo, ese es el secreto de este apasionante país.

Una vivienda típica argentina es la estancia. Se trata de establecimientos agro-ganaderos cuyo casco o residencia principal, generalmente mansiones del siglo pasado, han sido adaptadas para recibir huéspedes. Abarcan grandes extensiones de tierra donde el ganado pasta libremente y los sembrados aprovechan las excepcionales condiciones de la tierra. Las estancias pueden estar ubicadas en la Pampa, en la Patagonia, o en otras zonas del país, pero todas tienen la particularidad de que además de ofrecer un confortable alojamiento, permiten participar al visitante en las actividades típicas del campo argentino.

Texto:www.rumbo.es

sábado, 9 de febrero de 2008

Tradiciones Argentinas: El Mangrullo!!!

EL MANGRULLO
Los primeros pobladores del interior de la vasta tierra argentina tuvieron que afrontar todo tipo
de peligros y dificultades. En aquellos días vivían en constante alerta.
Por eso, en las estancias, pulperías, boliches, rancheríos y fortines, levantaban una rústica torre de troncos a manera de atalaya, que se lo llamaba MANGRULLO.
Desde el mangrullo se podía avizorar una gran extensión de terreno plano como es la pampa misma.
Al realizar este control, cuando se veía algo extraño, la persona que estaba en el mangrullo daba la voz de alerta a los pobladores, con tiempo suficiente como para preparase ante la proximidad de un ataque indio.
Estos ataques de los indios se los denominaba "malón". Generalmente los mangrullos o "bichaderos" se los instalaba en una loma cercana a las poblaciones de la estancia y allí un peón montaba guardia permanente con el caballo atado en un palenque, cerca del atalaya.
Al ver el movimiento de los indios, bajaba rápidamente y en su caballo iba a toda carrera hasta la casa central de la estancia, avisando la proximidad del peligro de ataque del malón.
Esta fue la mejor forma que encontró el estanciero antiguo como prevención ante los continuos ataque de los aborígenes.
La persona que miraba desde el mangrullo, no solamente se alertaba por la presencia de los indios desde el momento que los veía, sino que muchas veces divisaban movimientos extraños de animales, o polvaredas (tierra en suspensión) que ocurrían como anticipo de movimiento de indios ordenándose para el ataque posterior.
Hubo una época de la historia argentina donde los ataques de malones a las estancias o poblados eran prácticamente diarios.
Todavía quedan algunos mangrullos en pie como muestra de nuestra historia, como el que se encuentra en el Museo y Parque Criollo Ricardo Guiraldes, que se encuentra en la ciudad de San Antonio de Areco, al noreste de Buenos Aires.
Texto:www.detodounpocotv.tradiciones.com
Fotos:www.flickrs.com